Cuando ves con el rabillo del ojo que algo se te acerca volando de manera errática. Sus colores son inconfundibles: negro y amarillo. Y su zumbido no podría pertenecer a otro bicho. Estás siendo acosado por una avispa, uno de los insectos con peor fama que existen (y con una picadura terriblemente dolorosa).
¿Qué hacer ante esta situación tan típica? Lo habitual es que nos pongamos a bracear como locos, saltemos, demos patadas y huyamos. Pero esta estrategia no suele servir de mucho. Bueno sí. Realmente sirve para cabrear aún más a la avispa y que nos siga con más ahínco.
Entonces, ¿qué hacer? Lo primero de todo es mantener la calma. La mejor forma de evitar a una avispa es alejarse tranquilamente de su posición. Cuánto más despacio huyamos, menos amenaza sentirán y menos sentirán que deben atacar.
Si tenemos la mala suerte de toparnos con un nido en el que haya gran cantidad de avispas, hay que huir tranquilamente, sin hacer gestos exagerados… pero rápido.La picadura de cien avispas puede ser mortal, aunque no seamos alérgicos.
Y en el caso de recibir una picadura, ¿qué se puede hacer? Los trucos de sabiduría popular como ponerse barro o embadurnarse con orina no sirven para nada. Lo mejor que se puede hacer es limpiar el ‘picotazo’ con agua y jabón y aplicar hielo para reducir la inflamación y la sensación de dolor.
Si tenemos cerca una farmacia, acudir a ella es buena idea, sobre todo para hacernos con una crema con corticoides que reducirán la hinchazón y el dolor. Y si estás entre el 3% de personas que sufre alergias al veneno de las avispas, lo mejor es llamar a una ambulancia lo más rápido posible para que te lleven a un hospital.